En 1983, tan sólo unos meses después de su rotunda victoria en las urnas, el PSOE ya comenzó a sustraer de las arcas públicas millones de pesetas, mediante el desvío de fondos reservados del Ministerio de Interior, que fueron utilizados como sobre sueldos para ellos mismos, para fines del partido, e incluso se utilizaron para pagar a jueces, fiscales y miembros del Cesid (Centro Superior de Información de la Defensa). Durante prácticamente todo el mandato socialista de Felipe González desde 1983 hasta 1994, con los ministros del Interior José Barrionuevo, José Luis Corcuera y Antoni Asunción, salieron más de 2.300 millones de pesetas del dinero opaco de Interior en cheques. Tal era la disposición, y uso discrecional de este dinero público, que José Luis Corcuera expresó su convicción de estar autorizado para hacer regalos de Navidad a las esposas de los altos cargos, aunque éstas fueran "joyas de 90.000 pesetas más IVA". En octubre de 2004 la Sala Penal del Tribunal Supremo confirmó la sentencia a 7 años de cárcel para el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, así como 6 años de prisión para el ex director general de la Policía José María Rodríguez Colorado y 4 para el ex director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal. Numerosas personas perceptoras de estos sobre sueldos, así como los tres ministros de interior afectados y el propio presidente, quedaron libres de responsabilidades penales.
16 de octubre de 1983 los GAL (Grupos Armados de Liberación) inician sus actividades criminales con el secuestro y tortura de José Lasa Arostegui y José Ignacio Zabala en Bayona (Francia), siendo posteriormente asesinados de un tiro en la cabeza y enterrados en Busot (Alicante). Realizan su último asesinato el 20 de septiembre de 1989 en Rentería (Guipúzcoa) por medio de una carta bomba dirigida a Alfonso Salazar Uriarte, que detona por accidente el cartero José Antonio Cardosa Morales, y muere como consecuencias de la explosión. Por todos los asesinatos y la organización del terrorismo de estado, solamente fueron condenados 11 personas, de los que destacamos a Ángel Vaquero, ex teniente coronel de la Guardia civil, a 69 años de prisión, Julen Elgorriaga, ex gobernador civil de Guipúzcoa a 71 años de prisión, José Barrionuevo, ministro de Interior a 10 años de prisión, Rafael Vera, secretario de Estado para la Seguridad a 10 años de prisión, Ricardo García Damborenea, secretario general del PSOE en Vizcaya a 7 años de prisión..., y aunque existían numerosas pruebas y declaraciones que apuntaban a Felipe González como el que daba el visto bueno a todas las operaciones terroristas, según señaló ante el juez el subcomisario jefe del Grupo de Información de la Brigada Regional de Bilbao José Amedo Fouce, condenado a 9 años y seis meses de prisión: "Ningún mando policial se hubiese metido si no tuviéramos la certeza de que era una decisión de Felipe González" Los condenados y las condenas fueron ridículas, cuando nos encontramos con cerca de 40 atentados y con 26 muertos que el gobierno del PSOE perpetró con personal y equipaciones públicas, sin consecuencia alguna para el partido político que organizó los atentados terroristas, usando la fuerza del estado.
Miguel Boyer siendo Ministro de Economía y Hacienda desde 1 de diciembre de 1982, y que seguiría siéndolo hasta el 6 de julio de 1985, asistió en mayo de 1983 a una cena convocada por un club social privado muy exclusivo, conocido como el Metropolitan Club, ubicado en la ciudad de Nueva York, fundado en 1891 por JP Morgan, e inicialmente presidido por él mismo. Transcendió alguna de las declaraciones del entonces ministro, que ante los presidentes y directores de los principales bancos comerciales estadounidenses afirmó "El mensaje del gobierno español, que es un gobierno socialista, pero moderado y pragmático, en la línea de la tradición socialdemócrata y fabiana".
Poco después en junio del mismo año, David Rockefeller invitó a Felipe González, quien acudió acompañado de entre otros, con Miguel Boyer, a una de las entidades más representativas del capitalismo estadounidense, la Century Association. Un club neoyorquino fundado en 1829 inicialmente bajo el nombre de Sketch Club, que todavía en aquellas fechas sólo estaba compuesto por hombres, no permitiendo la entrada a las mujeres, hasta que en 1989 tras una ardua batalla legal, fue obligado a admitir a las mujeres como miembros de pleno derecho. En este entorno de viejo machismo consolidado por el tiempo, Felipe González se reunió con las más altas instancias políticas y económicas estadounidenses, en donde el presidente español expresó la buena disposición de su gobierno, para "fomentar ante todo la inversión del capital extranjero en España como la mejor vía para su desarrollo económico" En estas reuniones en las que se obtuvo el visto bueno definitivo del Gran Capital al proyecto económico socialista, se perfiló la reconversión industrial española, para que correspondiera perfectamente con los esquemas económicos trazados por la Comisión Trilateral, que le otorgaba a España una calificación de nación de servicios, por lo que tendría que desmantelar su industria pesada, y sólo podría desarrollar industrias auxiliares, y subsidiarias de las grandes multinacionales.
El 22 de abril de 2008 salío a la venta el libro “Los diarios de Reagan” donde el presidente estadounidense reflejaba sus impresiones de lo que le ocurría prácticamente cada día, de sus dos mandato entre 1981 y 1989 . En este diario se puede lere sobre la visita que realizó el 7 de mayo de 1985 al presidente español Felipe González en el palacio de la Moncloa, “Funcionamos bien. Le conté todo sobre Nicaragua. Creo que no se dejará dominar por Ortega (entonces presidente de Nicaragua), que le va a visitar después de su visita a Moscú. Cuando acabamos la reunión, ya éramos Felipe y Ron [...] Es un agudo, brillante, con personalidad, joven, moderado y pragmático socialista”. La cordialidad, enmtendimiento, y sumisión de Felipe González Márquéz la dejó clara cuando le aseguró a Ronald Wilson Reagan: "No tendrás problemas con España".
A partir de 1987 el PSOE comenzó la creación de un entramado de empresas para financiar el partido, al margen completamente de la ley, y de forma oculta al Tribunal de Cuentas, al que todos los partidos políticos tienen obligación de entregar los datos de todos sus ingresos. Se creo para este fin, las entidades Filesa, Malesa y Time-Export, que cobraban a bancos y empresas por entre otras tareas, asesoramientos que nunca se llegaban a realizar, o cobro de comisiones por la adjudicación de obras, como por ejemplo, el dinero que la empresa alemana Siemens pagó a estas empresas para la adjudicación del AVE Madrid-Sevilla. Con la suma de todos los ingresos de los que se pudo tener conocimiento, quedó acreditado que al menos el PSOE nacional había recibido de este modo, más de 1.200 millones de pesetas. Aunque el magistrado Marino Barbero, durante la instrucción del caso llegó a imputar a 50 personas, sólo 12 llegaron a sentarse en el banquillo de los acusados, por decisión del Tribunal Supremo. Quedaron fuera del juicio oral tanto Felipe González como Alfonso Guerra, además de Guillermo Galeote, que aún siendo médico en medicina interna, ocupaba el cargo de secretario de Administración y Finanzas del PSOE, negando todos ellos en la instrucción del caso, tener constancia de la existencia de Filesa. El Supremo determinó finalmente que los socialistas condenados constituyeron al conglomerado de sociedades "cuyo fin primordial era la creación de fondos económicos necesarios para hacer frente a los gastos originados al PSOE por las campañas electorales".
Otra forma que empleó el partido socialista para ingresar dinero en sus cuentas corrientes, consistía en pedir créditos a entidades bancarias para enfrentarse al coste tan elevado que significa unas elecciones, y luego sencillamente no devolver el préstamo. En este sentido tanto el PSOE como el Partido Socialista Catalán, han llegado a diversos acuerdos de condonación de deuda desde el año 1997. De los últimos acuerdos de este tipo que se tiene conocimiento con la banca desde 2004, son por un importe superior a 40 millones de euros. Concretamente la Caixa perdonó en diciembre de este año 7,1 millones de euros al PSC, y al PSOE les fueron perdonados en marzo por el Bilbao Bizkaia Kutxa 21 millones de euros, y en mayo por el Santander 12 millones de euros que debía tras 19 años de impago. Todo el mundo sabe cómo actúan los bancos cuando la ciudadanía no paga un recibo de su hipoteca. Qué diferencia tan notoria con los partidos políticos. ¿Por qué? ¿Qué compraban los bancos olvidando estas deudas? ¿Cuántas voluntades se adquirieron? y... ¿Para qué?
Arsenio Mayo - Ernesto Sarabia |